Un choque puede dejar muchas consecuencias, daños materiales al auto, salarios perdidos, deudas de atención médica por lesiones, dolor y sufrimiento. El daño psicológico puede tener un impacto especialmente fuerte en un menor, y por supuesto, una secuela de accidente en un menor, sea física o psicológica, afecta a la familia entera.
Existen medidas (enlace en inglés) que usted como padre puede tomar para mitigar la negatividad de un accidente y apoyar a su hijo en la recuperación (enlace en inglés) de todas sus lesiones.
- Trate de promover actividades rutinarias: Volver a hacer cosas normales le dará al niño un sentido de estabilidad y seguridad.
- No lo sobreproteja: El niño puede interpretar la sobreprotección como que todavía se encuentra en peligro.
- Ponga el foco en lo positivo: Recuérdele al niño el apoyo que recibió durante su accidente y cómo esta experiencia le ha enseñado que puede resolver situaciones estresantes.
- Hable del accidente: Despacio y de a poco, en la medida que el niño esté listo, platique con el menor sobre los detalles del accidente. Enfatice la palabra “accidente” de manera tal que el niño no tenga rencor o temor y no utilice vocabulario “dramático” que pueda sembrar más miedo. Limítese a los hechos, no casos hipotéticos sobre lo que podría haber pasado.
- Retome el uso del auto de a poco: Si a su hijo le da miedo volver a subirse al carro, empiecen con viajes cortos y a lugares placenteros.
Ningún niño debería cargar con las consecuencias (enlace en inglés) de las acciones de un conductor negligente.
Recuerde que aunque el accidente ya haya ocurrido, aun queda mucho más daño por evitar con una recuperación lo más pronta y exitosa posible.