Todos sabemos que el peatón está claramente más expuesto y vulnerable a sufrir heridas en un eventual choque. También es sentido común inferir que, a mayor velocidad, mayor será el impacto entre un automóvil y la persona. ¿Pero qué tanto influyen estos factores?
El riesgo promedio (enlace en inglés) de que un peatón sufra una lesión severa en un choque con un vehículo crece proporcionalmente con la velocidad de la siguiente manera:
- 10% chances de sufrir una lesión severa si el impacto ocurre a 16 millas por hora
- 25% a 23 mph
- 50% a 31 mph
- 75% a 39 mph
- 90% a 46 mph
Respecto a las chances de mortalidad en un eventual choque entre vehículo y peatón:
- 10% a 23 mph
- 25% a 32 mph
- 50% a 42 mph
- 75% a 50 mph
- 90% a 58 mph
Asimismo, la edad es otro factor que influye en esta ecuación, ya que aun embestidas a la misma velocidad, una persona mayor tiene muchas más chances de sufrir heridas de gravedad que alguien de mediana edad.
Lo que se puede hacer
Los límites de velocidad impuestos en áreas urbanas son un claro intento de disminuir la cantidad de repercusiones de las cuales el exceso de velocidad es culpable directo. No se puede eliminar todo riesgo completamente, pero un choque que ocurra a una velocidad menor probablemente resultará en heridas más leves.
Otra buena forma de evitar accidentes es estableciendo separaciones físicas entre los peatones y vehículos para que no deban transitar en los mismos lugares.
Además, las mayores tecnologías en el desarrollo de nuevos automóviles se inclinan a incorporar mecanismos de seguridad como frenos automáticos, advertencias o detectar peatones y obstáculos.
Todavía no nos encontramos en un grado de desarrollo urbano o tecnológico que permita impedir choques. Sin embargo, no hay que ni menospreciar las constantes mejorías ni confiarse en demasía de ellas a la hora de salir a la calle tanto peatones como conductores.